Dímelo.

Dímelo al oído, despacio, susurrando, dime lo que quiero oír, necesito oírlo, necesito sentirlo. Dímelo con cuidado, que te oiga, que sólo yo lo escuche. Con suavidad, con la misma con la que me tratas, con la que deseo que me cuides.

Lo necesito, te necesito.

Dilo con pausa, calmado. Siéntelo, exprésate, dilo con palabras, con gestos, con miradas, pero dime lo que sientes. Que yo pueda oírlo, que pueda sentirlo, que pueda notarlo.

Que todos puedan verlo, pero nadie entenderlo; que todos puedan notarlo, pero nadie sentirlo; que todos puedan oírlo, pero nadie escucharlo.

Dímelo despacio, con dulzura, que no pueda asustarme, que me haga temblar, pero no pasar miedo. Dilo con cuidado, busca las palabras, pero no demasiado. Sólo dilo. Como lo sientes, como lo lamentes.

No dejes de decirlo nunca, sólo a mi, que sólo yo te oiga.

Y si no puedes, dilo a gritos, estallando, explotando. Como lo sentiste, como lo lamentaste.. pero dilo.